Resumen
		El mejoramiento    de la calidad de la educación superior no es un proceso unilineal que    puede ser simplemente evaluado por un conjunto de indicadores estáticos    y cuantitativos. Por el contrario, se expresa como un proceso omnidireccional,    cuyos resultados difieren, en dependencia de los patrones de referencia, es    decir, de las perspectivas desde las cuales se analicen. Las posibilidades de    orientación para los procesos educativos son ilimitadas. En esencia,    toda estrategia para incrementar la calidad de la educación superior    depende de la capacidad para integrar armónica y diferencialmente los    distintos componentes involucrados en toda acción educativa, incluidos    los aspectos éticos. De esta manera, todo intento para mejorar la calidad    de la docencia debe considerar las orientaciones, los procesos y los resultados.