TERATOMA EN LA REGIÓN CERVICAL

Daniel Enrique Borges Diaz, Mayelín Casas Padrón, Yoanna Rodríguez Pérez

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Resumen

Los tumores en la niñez representan del 1 al 2 % de todos los tumores en medicina1, con una incidencia de 1 por cada 10 000 menores de 15 años; estos pueden ser congénitos, y algunos de los que aparecen en el período neonatal tienen su origen en restos embrionarios: los teratomas2.

El término teratoma deriva de teratos, que significa “monstruo”. También llamados quistes dermoides, deben su nombre a la descripción hecha por Leblanc en 1831, de una lesión encontrada en la base del cráneo de un caballo, la cual semejaba la piel3. Son neoplasias formadas por distintos tejidos parenquimatosos que representan más de una de las tres capas germinativas, a menudo las tres4-6. Nacen de células totipotenciales1 y, como es lógico, se encuentran sobre todo en las gónadas, aunque a veces aparecen restos de las células que quedarán secuestradas en otros lugares. Las células totipotenciales se diferencian hacia varias líneas germinales, y producen estructuras que pueden identificarse como piel, músculo, tejido adiposo, epitelio intestinal, elementos dentarios o cualquier tejido del organismo1. Con amplia localización, pero usualmente ocurren cerca de la línea media en la infancia temprana, o en las gónadas después de la pubertad, la localización más frecuente es la sacrococcígea, seguida por la ovárica, mediastínica, intracraneal, testicular, retroperitoneal, el cuello y la cara2,5-7.

El tratamiento es primariamente quirúrgico, tan pronto como sea posible6-10.

En este trabajo se presenta a un paciente que fue diagnosticado durante el cumplimiento de una misión internacionalista,  enfermedad que resulta infrecuente en nuestro país.


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