FÍSTULA AORTOESOFÁGICA POR CUERPO EXTRAÑO. PRESENTACIÓN DE UN CASO

Bárbara R. Lugo Jáuriga, Gladys T. Gutiérrez Zurbarán, Rosendo A. Gómez Delgado

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Resumen

No resulta frecuente que los cuerpos extraños causen perforaciones esofágicas1, y cuando ocurren, pueden aparecer complicaciones, como abscesos retroesofágicos, mediastinitis, pericarditis, neumotórax, neumomediastino, entre otras2. Poca atención ha tenido en cambio la posibilidad de lesión vascular causada por los mismos, sin tener en cuenta que constituyen la segunda causa de fístula aortoesofágica, después de los aneurismas de la aorta torácica3. Aislados informes describen morbilidad y mortalidad significativas como consecuencia de un trauma vascular mayor, ocasionado por un cuerpo extraño en el esófago4; generalmente los que son fatales no suelen matar tan pronto. La mortalidad a causa de la lesión se incrementa sostenidamente al prolongarse el retraso entre el momento del traumatismo y su reparación5. En ocasiones no lo examina nadie, o simplemente no se hace el diagnóstico adecuado, y se pone en evidencia la presencia de éste durante el acto de necropsia6. Los mecanismos de perforaciones esofágicas obedecen a: traumas internos, externos o perforación espontánea. El trauma interno es el más frecuente y se debe en general a un accidente instrumental en la esofagoscopia, a dilataciones mecánicas, a la toma de una biopsia o a la presencia de un cuerpo extraño7. Cuando la perforación es en el tercio inferior o medio del esófago, es más grave y de un curso más rápido que la perforación en el tercio cervical8.


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