Resumen
Los niños, con frecuencia, se introducen en la nariz y la boca elementos extraños que, si son aspirados, generan una enfermedad respiratoria grave y pueden provocar múltiples complicaciones, secuelas, y no pocas veces la muerte1-4. En la infancia, existen factores de riesgo peculiares que los hacen especialmente susceptibles a aspirar cuerpos extraños, tales como: el instinto de exploración, la imitación de actos, el descuido por parte de los responsables del niño, la alimentación forzada o inadecuada, el juego durante la deglución, la tendencia a llevarse objetos a la boca, el hablar con la boca llena, situaciones de risa, llanto y sorpresa, asà como dejar a su alcance elementos desarmables1,3.