Lo práctico, lógico y esencial en la discusión diagnóstica
Resumen
Hace ya varios años, en el Comité de Evaluación del Proceso Asistencial, se revisó una historia clÃnica en la que se hizo una curiosa discusión diagnóstica, sobre un paciente que habÃa sobrevivido a un intento suicida. Se trataba de un ahorcamiento incompleto; en el diagnóstico diferencial se señaló: « No es un ahorcamiento completo porque en ese caso el paciente hubiera muerto». Este ejemplo, con efecto algo hilarante en aquel entonces, no fue otra cosa que expresión de la forma rÃgida y esquemática1 que con mucha frecuencia se confecciona este fundamental acápite de la historia clÃnica. En este paciente, en el cual estaba claro el problema médico, sencillamente habÃa que diferenciar las consecuencias de ese acto, es decir, precisar si quedó algún grado de afectación cerebral por la hipoxia, una neumonÃa por aspiración, daños en las estructuras del cuello o una lesión medular, que es menos frecuente, asà como evaluar el nivel de afectación psÃquica de este paciente.
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