COMUNICACIÓN
Violencia en el adulto mayor
Violence in elderly adult
MSc. Dra. Tamara Guevara de León1, MSc. Dra. Eleida Valdés Rodríguez2
1. Especialista
de Segundo Grado en Medicina General Integral. Máster en Longevidad Satisfactoria.
Profesora Auxiliar. Universidad de Ciencias Médicas Dr. Serafín
Ruiz de Zárate Ruiz. Santa Clara, Villa Clara. Cuba. Correo electrónico:
tamaragl@ucm.vcl.sld.cu
2. Especialista
de Primer Grado en Medicina General Integral y en Gerontología y Geriatría.
Máster en Longevidad Satisfactoria Instructora. Policlínico «Santa
Clara». Villa Clara. Cuba.
DeCS:
anciano/psicología, violencia
DeCS: aged/psychology, violence
La violencia contra
el adulto mayor es un fenómeno mundial que también toca a las
puertas de los hogares cubanos. Por lo general, se habla del maltrato infantil
y del femenino, pero el que se manifiesta de manera aislada o reiterada con
los ancianos en centros de trabajo, vecindarios, instalaciones de salud y en
la propia familia, aún permanece invisible ante los ojos de las sociedades
actuales.1 En el mundo actual hay una tendencia creciente a la violencia. En
América Latina los países con mayor índice son: Colombia,
Brasil y Panamá, en ese orden, donde se registran anualmente más
de 102 mil casos de extrema violencia, de los cuales 37,15 % son en ancianos.
Por su parte, en Argentina y Chile este fenómeno se ha venido incrementando
desde hace más de tres décadas.2
Según
estimados, para el 2020 existirán, por primera vez, más ancianos
que niños. Por ello, en los próximos años habrá
que seguir de cerca el trato a este grupo poblacional. Es de esperar que se
incremente el abuso contra el anciano, y el impacto de este abuso sobre la salud
debe ser considerado. Garantizarles condiciones de vida que les ofrezcan independencia,
protegerlos jurídicamente, crearles espacios adonde acudir para reclamar
por las violaciones que pudieran sufrir y brindarles información a ellos
y a la sociedad sobre las formas en que se puede manifestar el maltrato, son
acciones que deben cumplirse con exactitud y que contribuirían a la prevención
de la violencia.1
El maltrato
al geronte es una conducta destructiva dirigida hacia una persona mayor, se
produce cuando hay un daño afectivo para la salud o bienestar de dicha
persona y está provocado por el desconocimiento sobre el tema, lo cual
demuestra la poca preparación para enfrentar la vejez.3
Aunque no
hay una definición ampliamente aceptada sobre abuso o maltrato al adulto
mayor, puede ser definido como una situación no accidental, en la cual
este sufre un trauma físico, deprivación de necesidades físicas
básicas, injuria mental o acoso, como resultado de un acto u omisión
por parte de familiares o de otras personas, que causa daño a su salud
o bienestar psicológico y social, o ambos.4
El maltrato
se puede presentar en sus diferentes modalidades: Abuso físico, psicológico,
sexual o financiero; negligencia que puede ser física, psicológica
o financiera. Se toman en cuenta: Maltrato en la familia, maltrato en las instituciones
(Residencias, Hospitales, Centros de salud, Asilos), maltrato en otros lugares
como Reparticiones del Estado, Comunidad, y el maltrato por parte de la pareja
(Otro anciano).5
La violencia
financiera es otra de las formas de abuso contra los ancianos, esta se da cuando
se usan los recursos del senescente en beneficio del cuidador, cuando es víctima
de chantaje financiero, de destrucción, de pérdida o extracción
discriminada de propiedades físicas (objetos, dinero, entre otros), no
darle la ayuda económica que necesitan (quedar estos dependiendo de familiares,
amigos allegados o de la propia sociedad), o la coerción para firmar
documentos legales como testamentos y propiedades.4
La negligencia
y el maltrato psicológico siguen en frecuencia al abuso económico.
La negligencia es el fallo de la persona que está al cuidado del anciano
para proveerle las necesidades básicas de la vida diaria, y esa negligencia
puede ser física, emocional o financiera. La física puede ser
el fallo para proveerle de los espejuelos, la dentadura, las medidas de seguridad
y la higiene; la emocional incluye aquellos fallos para proveer al anciano de
estimulación social, como por ejemplo, dejarlo solo por largos períodos;
y la negligencia financiera se produce con los fallos para usar los recursos
disponibles para restaurar o mantener el bienestar del anciano. Bajo la negligencia
también se enmarcan ciertas conductas como proporcionar dosis inadecuadas
de medicación, ya sea por exceso o por defecto, o administrar una medicación
errónea.5
El maltrato
psicológico se refiere a las amenazas de abandono, de acusaciones, acoso,
intimidación con gestos, palabras, infantilización, desprecio
verbal, uso de palabras obscenas, limitación del derecho de privacidad,
de decisión, de información, voto y de comunicación.6
En los adultos
mayores el abuso emocional toma grandes dimensiones, lo que contribuye a que
se aíslen aún más y se depriman con notable frecuencia.
Si a esto se le suma el hecho de que entran en una nueva etapa de su vida, disminuyen
sus capacidades psíquicas y físicas, además de que también
pueden ser objeto de burlas, incomprensiones, desatención y sobrecarga
de los quehaceres domésticos. Se puede ver cómo los propios familiares,
sin darse cuenta, pueden maltratar a las personas más viejas de la casa
y hasta incluso, crearse un círculo vicioso que puede afectarlos, sin
que puedan expresar muchas veces la realidad de lo que sienten, por temor a
ser reprimidos o no escuchados.7
En relación
con la personalidad del maltratador se plantea que los agresores suelen venir
de hogares violentos, suelen padecer trastornos psicológicos y muchos
de ellos utilizan el alcohol y las drogas, lo que produce que se potencie su
agresividad. Tienen un perfil determinado de inmadurez, dependencia afectiva,
inseguridad, suelen ser emocionalmente inestables, impacientes e impulsivos.8
Se han descrito
diferentes cuadros clínicos y síndromes geriátricos que,
en ausencia de una causa conocida que los justifique, pueden estar en relación
directa con el maltrato en sus diferentes formas. En el caso específico
del anciano, víctima de malos tratos, puede que este no se recupere del
todo de la experiencia sufrida. Se describen diferentes trastornos como son:
cuadros confusionales, trastornos depresivos, síndrome de desgaste, caídas
a repetición, úlceras por presión, desnutrición,
deshidratación, pérdida de autonomía, aislamiento y todo
tipo de lesiones físicas6.En
un estudio realizado en el Centro de Rehabilitación (Casa de abuelos)
perteneciente al Consejo Popular Centro, en la ciudad de Santa Clara, durante
el año 2009, de un total de 39 ancianos, se encontró que 35 habían
sido víctimas de maltrato, de ellos el 79,29 % correspondió al
sexo femenino. Predominó el maltrato psicológico con un 54,2 %,
seguido del económico con un 20,0 % y el maltrato físico con un
2,9. No se encontró relación entre el funcionamiento familiar
y el tipo de maltrato.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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5. Johnson TF. Elder mistreatment: Ethical Issues, Dilemmas and Decisions., New York: Haworth Press; 1986.
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7. Docampo Santaló L, Barreto Lacaba R, Santana Serrano C. Comportamiento de la violencia intrafamiliar en el adulto mayor. Rev Arch Méd Camagüey [internet]. 2009 nov.-dic. [citado 3 oct. 2013];13(6):[aprox. 8 p.]. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1025-02552009000600010&lng=es&nrm=iso&tlng=es
8. Silva FP. La violencia intrafamiliar [internet]. España: Universidad de Barcelona; 2010 [citado 25 abr. 2011]. Disponible en: http://www.psicologia-online.com/colaboradores/paola/violencia/
Recibido: 14 de
mayo de 2013
Aprobado:
20 de julio de 2013
MSc. Dra. Tamara Guevara de León. Especialista de Segundo Grado en Medicina General Integral. Máster en Longevidad Satisfactoria. Profesora Auxiliar. Universidad de Ciencias Médicas «Dr. Serafín Ruiz de Zárate Ruiz». Santa Clara, Villa Clara. Cuba, Correo electrónico: tamaragl@ucm.vcl.sld.cu
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