ENTRENAMIENTO EN INOCULACIÓN DE ESTRÉS: UNA OPCIÓN TERAPÉUTICA

Milagrosa Muro Ramírez

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Resumen

Los programas terapéuticos de orientación cognitiva han alcanzado auge en las últimas décadas1. Dentro de esta orientación existen tres sistemas teóricos importantes:

 

-          La terapia racional-emotiva de Ellis (1962).

-          La terapia cognitivo-conductual de Beck (1976).

-          La reestructuración cognitiva de Michenbaum, centrada en la terapia por inoculación de estrés (1977).

 

A pesar de haber sido elaboradas en las décadas del 60 y 70 del siglo XX, algunas de ellas comienzan a formar parte del arsenal psicoterapéutico de los psicólogos cubanos a finales del siglo, lo cual amplía las posibilidades de elección en la aplicación de estrategias terapéuticas adecuadas a las características personales del paciente.

Donald Michenbaum2 dirigió un grupo de investigadores en la Universidad de Waterloo, Ontario, Canadá. En 1972 se describe el entrenamiento en inoculación de estrés (EIE), el cual se presentó como una técnica preventiva; ello justifica su nombre, que tiene como objetivo desarrollar la capacidad de las personas para afrontar situaciones difíciles de ansiedad o dolor, al dotarlas de una serie de habilidades que incrementan sus recursos personales. Esta técnica se compara con la inmunización biológica. Las habilidades de afrontamiento se pueden considerar como “anticuerpos psicológicos” que incrementan la resistencia potencial a situaciones estresoras.


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