Comunicación
Consumo de psicofármacos: una problemática de salud actual
Psychotropic drug consumption: a current health problem
Coralia Gómez Mendoza1* https://orcid.org/0000-0003-4001-8195
Carlos Alberto León
Martínez2 https://orcid.org/0000-0001-6350-8336
Alejandro Germán Troya
Gutiérrez2 https://orcid.org/0000-0001-5377-0015
1Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Cuba.
2Policlínico Universitario Marta Abreu. Santa Clara, Villa Clara. Cuba.
RESUMEN
Los psicofármacos son frecuentemente consumidos por la población; su uso irracional atenta contra la calidad de vida de los pacientes que los toman regularmente sin supervisión médica. El objetivo de esta investigación es caracterizar el consumo de psicofármacos en un Grupo Básico de Trabajo en el área de salud del Policlínico Docente Universitario Martha Abreu de Estévez. Frecuentemente, se toman por automedicación, son prescriptos por complacencia y aunque tengan una indicación médica precisa, en ocasiones no se cumplen las normas establecidas para su uso correcto. Entre las variables epidemiológicas predominaron: las edades entre 50 y 64 años y el sexo femenino. Las principales causas del consumo fueron: para disminuir la tensión arterial y aliviar problemas familiares y laborales. Se concluyó que existió un alto índice de consumo de psicofármacos de manera automedicada; los entrevistados accedieron a estos a través de vías no convencionales, no relacionadas con el sistema de salud.
DeCS: automedicación; antidepresivos.
ABSTRACT
Psychotropic drugs are frequently consumed by the population; their irrational use threatens the quality of life of patients who take them regularly without medical supervision. The objective of this research is to characterize the consumption of psychotropic drugs in a Basic Work Group from the health area of Martha Abreu de Estevez» University Teaching Polyclinic. These drugs are often taken for self-medication, prescribed for complacency, and although they have a precise medical indication, sometimes the established norms for their correct use are not met. Ages between 50 and 64 years and female gender predominated among the epidemiological variables. Lower blood pressure and alleviate family and work problems were the main causes of consumption. We concluded that there was a high rate of self-medicated use of psychotropic drugs; the interviewees had access to them through unconventional ways, not related to the health system.
DeCS: self medication; antidepressive agents.
«Los medicamentos son venenos útiles», de esta manera tan simple como efectiva lo definió el farmacólogo inglés James W. Black, premio Nobel de Medicina, según lo cita Caro-Mantilla M y colaboradores.(1) Estas son las dos caras indivisibles que poseen todos los medicamentos, ya que son capaces de aliviar o curar enfermedades, pero también de causar daño si concurren circunstancias que lo favorecen.
La prescripción de un medicamento es un proceso lógico deductivo, basado en una información global y objetiva acerca del problema de salud que presenta el paciente. No debe ser considerado como un acto reflejo, una receta de cocina, o una respuesta a las presiones comerciales o de los pacientes. La utilización excesiva de medicamentos (a veces por complacencia) contribuye a perpetuar o acentuar las expectativas erróneas del paciente, y en ocasiones del propio prescriptor. Estos pueden llegar a pensar que los problemas de salud se solucionan siempre con medicamentos, y que cada síntoma o signo debe conducir a una intervención farmacéutica.(2)
El uso racional de los medicamentos se ha transformado en una importante estrategia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de los países miembros; sin embargo, la prescripción irracional o inadecuada de medicamentos es frecuente.(3)
Los psicofármacos requieren de prescripción médica obligada, pero con frecuencia los pacientes se valen de otras vías para obtenerlos, permitiéndose así, que el uso de psicofármacos ocurra sin el control médico adecuado.(4)
El mal uso y abuso de los psicofármacos puede llevar a serios problemas de salud, no solo por alterar la actividad cerebral, sino por ser responsables de fármaco-dependencia, con sus consecuentes reacciones somáticas, psíquicas y sociales, lo que cobra un interés particular en la población adulta.(5)
El mal uso de los medicamentos es una seria preocupación del área de salud; enmarcar la problemática para establecer estrategias de intervención que colaboren en su solución y reduzcan este proceder, es una parte prioritaria de las líneas de trabajo de Ministerio de Salud Pública (MINSAP). Por las razones antes señaladas, el objetivo principal de este estudio es caracterizar el consumo de psicofármacos en un Grupo Básico de Trabajo, en el área de salud del Policlínico Docente Universitario «Martha Abreu de Estévez».
El ser humano vive inmerso en situaciones estresantes, algunas de las cuales realmente llegan a superar las posibilidades de enfrentamiento. Estas hacen que el hombre sea afectado por síntomas comunes y frecuentes como: ansiedad, insomnio, o depresión en algún momento de su ciclo vital, que lo llevan a consultar a su médico en la búsqueda de ayuda. Por eso, la gran mayoría de los médicos de familia, serán consultados alguna vez por estas manifestaciones psíquicas o psicosomáticas, y tendrán que evaluar la necesidad o no de indicar un psicofármaco.
Los psicofármacos conjuntamente con los antibióticos y los analgésicos, son de los fármacos más consumidos por la población. Pese a que todos estos medicamentos requieren una prescripción médica obligada, frecuentemente se toman por automedicación o son prescriptos por complacencia. Se conoce que pese a la indicación médica precisa, en no pocas ocasiones, los pacientes no cumplen las normas establecidas para su uso correcto. Se deben tener en cuenta: el diagnóstico apropiado para su indicación, la duración del tratamiento, la vigilancia farmacológica y el riesgo de fármaco dependencia; esto último cobra un interés especial en el caso de los psicofármacos, pues su uso irracional atenta contra la calidad de vida de los pacientes que los toman regularmente sin supervisión médica.(6)
González Cuello R y colaboradores(3) en su estudio realizado en pacientes de la tercera edad de la Policlínica «René Ávila Reyes», de Holguín, plantearon que un gran porciento de individuos toman los psicofármacos de manera automedicada, lo que conlleva a la posibilidad de que no se cumplan las pautas de administración, las dosis y la duración del tratamiento recomendadas por la literatura médica.(7,8)
De igual forma, Quirós EM y colaboradores,(5) en un estudio realizado en trabajadores de la Facultad de Ciencias Médicas de Cienfuegos, plantearon que la mayoría de los psicofármacos se obtuvieron por prescripción facultativa, y el resto, de manera no legal. Esto resulta muy preocupante, ya que un gran porciento de los medicamentos fueron conseguidos a través de vías no convencionales. Se infiere que en ello subyace la compra ilícita de los individuos que los toman, lo que alerta sobre la necesidad de intervenciones educativas dirigidas al personal de salud y a la población en general, para que conozcan los riesgos y la repercusión de esta conducta sobre la salud y la calidad de vida de los consumidores.(9)
Es necesario recordar que además de las medidas fármaco-terapéuticas clásicas, también existen otras formas de abordar estos estados descritos, entre los que se pueden mencionar: la medicina alternativa, los ejercicios físicos y los cambios de estilo de vida. Todavía quedan muchas interrogantes abiertas sobre estas temáticas, en definitiva, es un campo enorme de investigación que merece la pena explorar con profundidad.(10)
Se aplicó un cuestionario impersonal que permitió la confiabilidad de los resultados. Se constató que el mayor consumo de estos medicamentos fue de aquellos individuos que padecían hipertensión arterial, con un predominio del sexo femenino. El fármaco más consumido fue el clorodiazepóxido (23 %), seguido del nitrazepan con un 12 %. Pudo comprobarse que al 36 % de los pacientes se lo indicó el médico de la familia, al 27 % se lo prescribió el psiquiatra, y el 13 % era automedicado.
Existió un alto porcentaje de consumo de psicofármacos automedicados que accedían a ellos a través de vías no convencionales, no relacionadas con el sistema de salud; todo lo anterior alertó sobre la necesidad de intervenciones educativas, dirigidas al personal de salud y a la población en general, para que conozcan los riesgos y la repercusión de esta conducta sobre la salud y la calidad de vida de los consumidores.
La mayoría de los individuos que toman psicofármacos habitualmente toman café, fuman o beben alcohol. Resultó llamativo que la disminución de la tensión arterial estuvo entre las principales indicaciones, pues se conoce que estos fármacos contribuyen a reducirla pero no tienen un efecto hipotensor.
A partir de estos resultados urge la necesidad de aplicar estrategias psico-educativas que permitan erradicar o atenuar esta problemática de salud. También es importante sensibilizar a los médicos con este problema, y abordar la indicación inadecuada de los psicofármacos en todos los espacios de discusión científica que existan.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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3. González Cuello R, Ochoa Roca TZ, Escobar González A, Hechavarría Barzaga K, Ayala Ramos R. Consumo de psicofármacos en pacientes de la tercera edad de la Policlínica René Ávila Reyes de Holguín. Correo Cient Méd [internet]. 2014 [citado 24 jul. 2017];15(2):[aprox. 10 p.]. Disponible en: http://www.cocmed.sld.cu/no152/no152ori04.htm
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5. Quirós Enríquez M, Fernández Ruiz D, Cuevas Pérez O, Milián Vázquez P, Barrios Romero B, Martínez Barroso T. Automedicación en trabajadores de la Facultad de Ciencias Médicas de Cienfuegos. Medisur [internet]. dic. 2014 [citado 24 jul. 2017];10(6):[aprox. 6 p.]. Disponible en: http://scielo.sld.cu/pdf/ms/v10n6/ms04610.pdf
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7. Rodríguez Rodríguez RR, Pérez Leyva MC. Caracterización clínico-epidemiológica de pacientes con adicciones. Consultorio Médico Las Mangas. Bayamo 2004-2012. Multimed [internet]. 2014 [citado 24 jul. 2017];18(2):[aprox. 9 p.]. Disponible en: http://www.multimedgrm.sld.cu/articulos/2014/v18-2/4.html
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Conflicto de intereses
Los autores declaran que no existen conflictos de intereses.
Recibido: 4/09/2019
Aprobado: 30/04/2020
Coralia Gómez Mendoza. Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Cuba. Correo
electrónico: doctorado@nauta.cu
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